domingo, 19 de junio de 2011

Senderismo en Bosque El Panul y Ascenso por Senderos de Chile, La Florida; 14 de Mayo de 2011.

Eran las 09:00 de la mañana, por el Bosque El Panul, ubicado en la comuna de La Florida, Avenida Rojas Magallanes (frente al colegio San Pablo Apóstol). Este es un cerro no muy visitado hasta hace muy poco y de muy fácil ascenso.


Al comenzar la ruta, se pueden apreciar muchos senderos en diferentes direcciones, pero no hay que dejarse engañar, ya que todos guían hacia el mismo destino. Por mi parte, tome el sendero sur, que es muy fácil distinguirlo por las rampas de madera creadas por los descendistas que a menudo van a practicar a este cerro.   
Inicié la caminata por los senderos, los cuales al principio son muy empinados, y podía escuchar, desde ya, a las pequeñas lagartijas como caminaban por entremedio de las ramas.


Después de unos 30 – 45 minutos de subida, tomé el sendero oriente, que es una caminata más relajada y menos exigente que la anterior. A unos 20 minutos, aproximadamente, nos encontramos con la famosa Plaza de Descenso Mountain Bike de La Florida. A esta hora está completamente vacía, pero lo más probable es que al regreso estén todos los Riders practicando en ella, como de costumbre.
Seguí la caminata, disfrutando del silencio del medio ambiente, cuando sin darme cuenta llegué a la mitad del camino, que se puede distinguir con las grandes torres eléctricas que están situadas en el medio del cerro. Fueron aproximadamente 90 minutos de caminata desde la Plaza de Descenso y pareciera que el tiempo vuela cuando uno hace algo que realmente le gusta.
Descansé un par de minutos, tomé un par de fotos y seguí mi camino.
El siguiente sendero es muy parecido al anterior en cuanto a dificultad, solo que este es mas rocoso. Podía ver a los aguiluchos volando, y a las lagartijas que ya empezaban a salir.


Luego de 1 hora de caminata más, llegué a la entrada de Senderos de Chile, cuyo cartel está en el suelo, rayado y disparado.
Desde esta parte se pueden tomar dos caminos: uno es hacia el Norte, que me llevará a unos pequeños puentes con bancas para descansar, unos tipos de pasarelas y unos miradores muy atractivos para tomar fotos y disfrutar del paisaje.






La otra opción, y que fue la que  yo elegí, es hacia el Sur, que es un sendero mucho más amplio y que lleva hacia la cima del Minillas (Nombre de la cumbre del Cerro).
Eran las 11.30 de la mañana, ya comenzaba a hacer calor, y el camino comenzaba a empinarse de a poco.
Después de 1 hora y media de caminata en ascenso, ya podía ver la primera cima muy cerca. Ya me quedaba muy poco para llegar.




Pasé por las famosas “Pircas”, que estaban muy cercanas a la cima y luego de medio kilómetro más, llegue al objetivo final.

Desde arriba se puede ver todo Santiago contaminado, es una pena y muy impactante ver lo que todos respiramos a diario.
Estaba solo, en la primera cima de la pre-cordillera, es una sensación muy buena.
Almorcé y me quedé ahí 1 hora aproximadamente, saqué un par de fotos y comencé a realizar el descenso a las 14.30 horas.





El montañismo es una disciplina deportiva que consiste en ascender a cimas de montañas.
Para realizar una correcta ejecución de esta actividad, es necesario tener conocimientos básicos de técnicas y uso de materiales de escalada, y además de conocimientos sobre el medio ambiente.
Este deporte, cuenta con un importante nivel de dificultad, lo que implica tener una buena condición física.
Para realizar una adecuada ascensión, debemos contar con el equipo básico y adecuado, que son los siguientes:


- Zapatillas de montañismo.(No puede ser de cualquier tipo, ya que las de montañismo son
adherentes al terreno difícil).  
- Ropa cómoda.(Mínimo 2 mudas. Puede ser un Pantalón de cargo o de buzo y poleras sintéticas, ya que se secan mas rápido que las de algodón). 
- Mochila. (Preferentemente una que sea grande, ya que necesitamos llevar la ropa de recambio y las provisiones necesarias).
- Bastones.
- Gorro y lentes.
- Bloqueador solar. (La exposición prolongada del sol a la piel puede producir graves quemaduras, aun así, si el día está nublado).
- Agua. (Mínimo medio litro por hora de ascenso y descenso).
- Frutas de agua y frutos secos. ( Manzana, naranja, pera. Maní sin sal, almendras, nueces).
- Botiquín de Primeros Auxilios.
- Bolsa para botar la basura.(Es muy importante, ya que debemos cuidar el medio ambiente).


Nunca llevar comidas saladas, ya que el cuerpo al consumir mas sal, requiere de mas hidratación. Importante alimentarse livianamente cada 3 horas e hidratarse constantemente.
Recuerda siempre avisar donde vas a estar a tu familia o en las oficinas de la CONAF, llevar celular o un walkie - talkie para casos de emergencias.
Cuida a tus compañeros de excursión y cuida el medio ambiente. No desafíes la naturaleza y respeta la montaña.



Favio Augusto Carreño Trejo.
Guía Instructor de Montañismo y Escalada.
Estudiante de Pedagogía en Educación Física, Universidad de las Américas.

miércoles, 1 de junio de 2011

Aron Ralston. "NO HAY FUERZA MAS GRANDE, QUE LA VOLUNTAD DE VIVIR".

Me gustaría ocupar este espacio para contarles sobre Aron Ralston, un hombre apasionado por los deportes outdoors, quien sufrió un accidente que cambió su vida por completo.
Utilizando fuentes como el libro "Entre la Espada y la Pared", escrito por el mismo Aron Ralston, videos e información de diferentes páginas de Internet, les mostraré como fue este inolvidable día.

La mañana del sábado 23 de abril de 2003, sería un espectacular día para Aron Ralston de 27 años, amante de la naturaleza y las montañas, por lo que decidió tomar su bicicleta de montaña y dirigirse hacia las rocas de arenisca roja del Parque Nacional Canyonlands, en Utah.
Aron había realizado este recorrido un sin-número de veces, había subido a todas las montañas de Colorado que tenían más de 4000 m de altura, y a la mayoria de ellas había escalado solo y en invierno. En realidad ahora sólo se estaba entrenando porque tenía planes de subir a la montaña más alta de Norteamérica, el Monte McKinley, de más de 6000 m sobre el nivel del mar.








Esa mañana Ralston estacionó su camioneta junto al Cañón Horseshoe, tomó su bicicleta y empezó a descender por un camino rocoso. Sólo iba vestido con una camiseta y pantalones cortos, además llevaba una mochila donde tenía medio litro de agua, un botiquín de primeros auxilios, una imitación barata de navaja suiza, una filmadora y una cámara digital. En la mochila no llevaba chaqueta ni ropa adicional. Al hombro llevaba el equipo de cuerdas con las anclas y arneses necesarios para el descenso.

Avanzó en su bicicleta hasta donde le permitió el sinuoso camino, luego la aparcó para descender con cuerdas por los acantilados. Ya en medio de su descenso se encontraba en un espacio de un metro de ancho entre las dos grandes paredes montañosas y tratando de subir a una roca que estaba encajada en medio de ellas. Estaba ya trepado en la piedra y ésta parecía estable, cuando resbaló violentamente y su brazo derecho quedó atrapado entre la roca y la pared.

Después de la primera hora de permanecer atrapado, Aron se puso a pensar en las posibilidades que tenía, y de hecho la muerte, no estaba entre ellas. El gran problema era que Aron no había notificado a nadie su itinerario para esa mañana.
Ralston intentó infructuosamente mover la piedra jalando con cuerdas y anclas que lanzaba con su otra mano. Luego intentó romper la piedra con su navaja multiusos, pero tras pasar más de 10 horas astillando y golpeando la piedra, se dio cuenta que se agotaba más y sólo había logrado sacar polvo de la roca.

Al llegar la noche Ralston seguía tratando de liberarse cuando se dio cuenta del drástico descenso de la temperatura, y tuvo que aguantar el frío de la noche sin dormir, con la esperanza de ser rescatado al siguiente día.

En la mañana se alegró al escuchar helicópteros pasar por ahí, pero se volvió a preocupar cuando empezó a atardecer y no había señales de rescatistas. El domingo y lunes fueron un infierno porque empezaron los primeros síntomas de deshidratación y de hipotermia, ya que la luz solar apenas le llegaba por dos horas al día. El agua que había racionado por bocados se le terminaba.









El día miércoles no tuvo más opción que beber su propia orina que para el efecto había empezado recolectar el día anterior, después que se le terminó el agua.

Ya exhausto y sin esperanzas sacó su cámara de vídeo y grabó un mensaje de despedida para sus padres. Poco después con su navaja grabó su nombre en la piedra con su fecha de nacimiento y con la que él pensaba sería la fecha de su muerte, la de ese día miércoles 27 de abril de 2003. Luego se desvaneció en un profundo sueño.

La mañana del jueves, moribundo, Aron alucinaba. Curiosamente tuvo una visión de un niño de tres años que corría por un campo iluminado por el sol, y que era recogido por un hombre de un solo brazo. En un breve momento de lucidez, Aron sintió que esa era una visión de su futuro hijo corriendo hacia él, y en ese momento decidió sobrevivir.

Sabía que si quería salir vivo debería tomar medidas drásticas pero necesarias, y se dio cuenta que si no aprovechaba ese momento de extraña fortaleza, estaría perdido ya que nadie sabía de su paradero y los helicópteros de búsqueda hace dos días que ya no pasaban por el lugar.

Decidió amputarse el brazo derecho por debajo del codo utilizando la cuchilla de su navaja multi-herramienta. Consciente de que la hoja de la navaja no podría cortar los huesos, se los rompió con una piedra para facilitar el corte. Primero se rompió el hueso del radio que conecta el codo con el dedo pulgar, y luego se rompió el cúbito que es el hueso del antebrazo. Enseguida se hizo un torniquete sobre la parte que iba a cortar.

Empezó a cortar la piel, músculos y tendones, una labor demasiado difícil con una navaja sin filo. Para cortar los tendones utilizó aquella pequeña tijera que tienen esas navajas. Todo el proceso duró más de hora y media. Luego se aplicó alcohol y desinfectante que llevaba en su pequeño botiquín. Cuando por fin se hubo liberado, sabía que todavía tenía que caminar río abajo hasta encontrar ayuda.

A 5 km del lugar, una familia de turistas que habían ido a tomar fotos del cañón empezaba a retirarse del lugar, cuando a lo lejos les pareció escuchar una voz, pero no sabían de dónde provenía. Decidieron esperar un rato y al poco tiempo vieron a lo lejos a Aron que les hacía señas. En su estado, y con el brazo mutilado había caminado 5 km. Enseguida pidieron un helicóptero al 911 y lo llevaron a un hospital.

Los equipos de rescate estaban asombrados por la hazaña de Aron y coincidían en que tomó la decisión correcta, ya que al conocer el punto exacto donde se encontraba, se dieron cuenta que hubiera sido imposible encontrarlo desde un helicóptero, que de hecho fue lo que pasó.

Enseguida se envió otro equipo de rescate para recuperar el brazo y ver la posibilidad de reimplantarlo, pero fue imposible ya que no pudieron mover la piedra.

Fue una hazaña de mucho valor. Y el nos asegura que ese día no perdió un brazo, si no que ganó una segunda oportunidad de vivir.
Hoy en día, Aron Ralston sigue siendo escalador y montañista.




También salió la película "127 horas", protagonizada por James Franco, en la cual podemos ver con más detalle lo ocurrido ese día y todo lo que paso por la mente de Aron.

Espero que reflexionen mucho sobre esta historia y recuerden siempre tomar las precauciones necesarias al realizar deportes al aire libre.


"NO HAY FUERZA MAS GRANDE, QUE LA VOLUNTAD DE VIVIR", Aron Ralston.