martes, 27 de septiembre de 2011

Ascenso al Volcán La Poruña, fotografía a los Geoglifos de Pukará de Lasana y visita al Puente del Diablo, Ruta San Pedro de Atacama y sus alrededores. 27 de Julio de 2011. Día 4.

Eran las 11.00 hrs., con 26°C aproximadamente en Calama. Ya comenzábamos nuestro 4 y último día de aventura en San Pedro de Atacama y sus alrededores.
Mi hermano Daniel, mi cuñada Tamara, mi sobrina Javiera, nuestro perro Max y yo, estábamos en camino hacia el Volcán la Poruña. 
Íbamos en el auto muy animados y con muchas ganas de comenzar el ascenso en este muy nombrado Volcán.


El Volcán La Poruña está ubicado en los áridos faldeos de su padre, el Volcán San Pedro, quien le diera vida con su última erupción a nivel de subsuelo. Desde el punto de vista geológico, este cono perfecto de 150 mts. aproximadamente de desnivel (y su flujo de de lava de 8 km hacia el oeste que data su formación), es un claro ejemplo de un cono de escoria, producto de un evento eruptivo único y que hoy en día no presenta ningún tipo de actividad.

El Volcán La Poruña está ubicado a 89 km de Calama por la ruta internacional a Ollagüe.
Su nombre rinde tributo a su característica forma. La poruña, es un utensilio utilizados en los despachos y boliches, "servía para sacar de los cajones y poner en la balanza el arroz, porotos, la yerba mate, el azúcar, etc".

Nuestra idea era llegar hasta la cima e investigar el cráter.


Una vez que llegamos ahí comenzamos a preparar nuestras cosas. Debíamos llevar mucha agua ya que era un ascenso muy complicado, debido al camino que solo eran piedras sueltas, y debido a las altas temperaturas que habían ese día.
Comenzamos el ascenso por un sendero que estaba marcado en el lugar. La primera parte no era difícil, pero sabíamos que no debíamos confiarnos.


Llevábamos alrededor de 30 minutos de caminata, y derrepente el sendero desaparecía, ahora debíamos tomar un camino creado por nosotros.
Miramos hacía abajo y notamos que habíamos avanzado muy rápido. Ya desde ese lugar teníamos una fantástica vista. La camioneta se veía como un autito de juguete.




El ascenso se hacía cada vez más complicado. Sentíamos que caminábamos mucho y avanzábamos poco.
El camino estaba lleno de piedras volcánicas sueltas, además, la altura afectaba bastante.
Seguimos sin mirar atrás. Nos dimos cuenta que estábamos un poco más arriba de la mitad del camino.
Quizás no sería tan difícil después de todo, quizás todo está solo en la mente.
Mirábamos hacia abajo y la camioneta se veía demasiado pequeña.


Ya después de 1 hora y 15 minutos aproximadamente, logramos llegar a la cima.
Desde arriba podíamos apreciar el hermoso paisaje del desierto. Teníamos diferentes paisajes hacia el norte, sur, este y oeste.
Si mirábamos hacia el oeste, tal como decía mas arriba, se podía ver una formación rocosa de 8 km, que demostraba la actividad volcánica que generó el Volcán San Pedro, para la formación de El Poruña.




Yo creo que mucha gente se debe imaginar que al subir a un volcán y mirar hacia el cráter, inmediatamente verá lava (yo era uno de ellos, a pesar de que no tenía sentido para mi), pero cuando miramos hacía abajo, efectivamente estaba el cráter, pero se veían muchas rocas, como si estuviera tapado.


Recuerdo que mi hermano dijo - "Ya que estamos aquí, vayamos hacía abajo". Yo pensé que no sería mala idea, así que bajamos, junto con el Max, hacia el cráter.
El descenso hacia el cráter fue muy similar al descenso del volcán. Solo era cuestión de tirarse.

Una vez que llegamos abajo, solo vimos rocas y un suelo muy firme. Era muy improbable que la superficie se rompiera. Tomamos un par de fotografías y volvimos a la cima para descansar un poco.



Estuvimos en la cima alrededor de 30 minutos, apreciamos el fantástico paisaje y disfrutábamos del viento fresco que había. 
una vez ya repuestos, comenzamos el descenso.



Fue una ruta muy interesante de realizar. Es agotadora, pero vale la pena el esfuerzo.
Ahora debíamos llegar a la camioneta para seguir con nuestra ruta del día.


Ya estábamos arriba del vehículo, y nuestro siguiente destino era conocer los Geoglifos de Pukará de Lasana.
Edificado hacia el siglo XII como un pueblo-fortaleza, el Pukará de Lasana no es más que los restos de una fortaleza de 250 metros de largo, que presenta formidables técnicas de construcción. Declarado Monumento Nacional, los materiales consisten en piedras sin labrar y su distribución arquitectónica contempla 110 estructuras que forman conjuntos de piezas con angostos pasos interiores.


Nuestra visita a este lugar, por el momento, era específicamente para apreciar los geoglifos.
Entramos por el camino indicado, que de hecho era muy angosto, y podíamos ver las terminaciones rocosas que se formaban. Efectivamente era como una fortaleza. Es un lugar muy precioso.
Debíamos estar muy atentos para cuando aparecieran los geoglifos, ya que era muy difícil distinguirlos entre tanta roca.
Derrepente comenzamos a divisar algunas imágenes, nos detuvimos para mirar, y sí, eran los geoglifos.
También encontramos una especie de escondite que quisimos ir a mirar.





Una vez que logramos apreciar las artes indígenas de nuestro pueblo, decidimos que era  hora de ir a almorzar. Nos dirigimos  hacia el pueblo de Pukará de Lasana para comprar algo para comer.

Ya eran las 16.00 hrs., debíamos partir a nuestro último destino: El Puente del Diablo.
El Puente del Diablo, es un atractivo turístico muy especial. Vas por el camino y derrepente está. Sin querer aparece de la nada, debes ir muy atento por que si no puedes caer al río. 
En el año 2008 hubo un accidente de un hombre de 55 años, que iba de pesca con sus amigos y cayó a las aguas de este lugar.
Es un lugar muy peligroso, ya que si caes, será casi imposible salir. Así que disfrútalo con mucho cuidado.




Es lugar es realmente interesante, uno no para de asombrarse mientras lo mira.
Junto con la familia decidimos bajar hacia una especie de terraza que se formaba, para evitar el viento y para sentarnos a mirar el lugar.


Mi sobrina se entretenía lanzando piedras al agua, yo me entretenía sacando fotos y mi hermano junto con mi cuñada. El Max, para variar, posó para una foto. Definitivamente este perro es fotogénico.


Aprovechamos de sacarnos algunas fotos con mi hermano, para el recuerdo de la salida. Encontramos un  pedazo de roca que se veía muy frágil, y si se rompía podíamos caer al agua.



Ya finalizaba nuestro día de aventura. Comenzaba la puesta de sol, la luz de día se iba y debíamos partir a casa. Así que decidimos despedirnos del lugar e ir hacia el vehículo para regresar a Calama. 
Aproveche de mirar el paisaje, que con la puesta de sol se veía fantástico.



Ya íbamos de regreso. Terminaba nuestra ruta de 4 días en el Norte de Chile.
Fue muy entretenido e interesante, lleno de deportes, aventura y cultura.
Aun nos falta por conocer mucho, y cuando llegue el momento estaré listo para los nuevos desafíos. Por supuesto que realizaré los artículos correspondientes de las nuevas rutas.
El viernes de esa misma semana debía viajar de vuelta a Santiago, así que tenía todo el viaje para planear nuevas aventuras.
Me despedía del norte, con una preciosa puesta de sol.



Favio Augusto Carreño Trejo
Guía Instructor de Montañismo y Escalada
Estudiante de Pedagogía en Educación Física, Universidad de las Américas.

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