martes, 13 de septiembre de 2011

Senderismo en Valle de Jere, Ruta San Pedro de Atacama y sus alrededores. 25 de Julio de 2011. Días 2 y 3.

Eran las 11.00 hrs., y ya estábamos listos con mi hermano para realizar nuestro segundo día de aventura. Hoy iríamos a conocer y a caminar por el Valle de Jere, para luego ir a escalar a Socaire.
El Valle de Jere se encuentra en el pueblo de Toconao, o también conocido como el Pueblo de la Piedra Blanca, ya que una de las características principales de este pueblo, es que sus casas están construidas de piedra blanca (Liparita). Los techos antiguos en los interiores son de cañas, colocadas muy juntas sobre troncos de árboles rusticamente pulídos. Toconao está ubicado cerca del límite oriental de Salar de Atacama a 38 kms. de San Pedro de Atacama. Su altura alcanza los 2.485 msnm.
Mi hermano, nuestro perro Max y yo, ya estábamos listos para partir hacia nuestro primer destino.


El Valle de Jere o Quebrada de Jere, es una preciosa y profunda quebrada regada por el río del mismo nombre, que posee un microclima especial para la producción de "huertillo" de perales, damascos, ciruelos, membrillos, etc. Entre la flora existente en el lugar predominan las colas de zorro y las cactáceas.
Una vez que llegamos con mi hermano, debíamos pasar a la oficina para registrarnos.
Recuerdo que, mi hermano y yo no sabíamos si podíamos entrar con el Max, así que lo retamos para que se quedara agachado y no lo pudieran ver. Al final logramos entrar con el perro sin ningún problema.

Una vez adentro, comenzamos la ruta por la Quebrada de Jere.
Comienza con un sendero amplio en subida, e inmediatamente a la derecha hay unas pequeñas chozas que son parte del atractivo del parque, que de lejos no se logran distinguir.




Hacia el lado izquierdo una casas hechas de piedra y más senderos que son parte del final de la ruta.



Antes de comenzar a caminar por la quebrada, llegamos a unos quinchos, un perfecto lugar como para almorzar en familia y/o amigos, un lugar con sombra, linda vista y viento fresco.


Siguiendo por el sendero correspondiente, podemos ver un hermoso paisaje. Hacia el lado izquierdo tenemos la quebrada y hacia el lado derecho las formaciones rocosas del lugar que le dan un toque especial a los senderos. Es un camino muy entretenido, con un sendero fácil y recto. Para llegar hasta el final de la ruta hay que caminar solo un par de kilómetros. Es el lugar indicado para sacar buenas fotografías. 




Como muestra la última foto, al fondo se ve una curva, al pasar dicha curva viene un pequeño ascenso, que nos lleva al final de este sendero. Llegamos hasta allá y comenzamos a bajar para conocer el otro lado del parque.




Volvimos hasta donde estaban los quinchos y bajamos por unos escalones para llegar al río.
El agua del río estaba completamente limpia, así que pudimos tomar agua de ahí y refrescarnos un poco.
Luego seguimos un camino que tenía muchos ciruelos y damascos, hasta llegar a la parte final y cruzar denuevo el río y tomar algunas fotos.




Luego mi hermano subió al Max a una base de cemento que había ahí, y se veía muy precioso, realmente se puso para la foto. 


Luego comenzamos el ascenso por un sendero amplio, que desde la parte de arriba se podía apreciar el Valle de Jere completo. El Max, para variar, hizo otra de sus gracias y se asomó por la orilla de la quebrada. Cuando lo vi ahí supe inmediatamente que debía sacarle una foto. Además aquella imagen me hizo volver a mi infancia y me recordó mucho a la película "El Rey León".



Una vez acabado el sendero, salimos por la parte trasera de las casas de piedra nombradas anteriormente.
Llegamos a la camioneta, descansamos un poco, subimos a nuestro perro y partimos hacia Socaire a escalar.
Respecto a la ruta hecha en Socaire, no la redactaré en este articulo, ya que está publicada completamente en el articulo N°5 (Escalando en Socaire, Norte de Chile), ahí aparecen los detalles de como finalizó nuestro segundo y tercer día de aventura. 

El Valle de Jere, es un lugar que recomendaría a cualquier turista, aventurero o familia que quisiera pasar una jornada al aire libre. 
Definitivamente, cada vez estoy más orgulloso del Norte de Chile. Pero insisto, hay que estar ahí para apreciar tal hermosura.


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